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lunes, 21 de noviembre de 2011

nada mas una semana, una pequeña semana donde te ha hecho reír, llorar, enfadarte y decir cosas que nunca has dicho.
Tu miras, El mira, Ellos se miran e ahí una nueva conexión.
Te das cuenta que a pesar de la distancia, que aunque haya millones de peros, un te quiero o una simple palabra, lo supera; hace que todo lo malo se de la vuelta y se convierta en positivo.
Todo es realmente perfecto, crees que no podrá ir mejor, que habéis llegado al tope, que nada podrá cambiar toda esas sensaciones, que te sientes tan acorde con el; de una manera, que llegas a pensar que no podrías vivir sin sus palabras. 
Un incidente inoportuno aparece, derepente ves que todo fue una farsa, que el no era así, que fingía y que lo hace estupendamente. No sabes porque te empieza a menos despreciar, a dejarte de hablar, y se hace el tonto cuando le hablas por el chat.
Al cabo de los días, te ve; y te lleva a otro lado, se acerca a ti lentamente, tanto que llega a rozar tus labios, te apartas, y el te suplica que le perdones, que no se dio cuenta de lo que perdió, que ha estado este tiempo sin ti, y sentía que había muerto una parte de el, que necesitaba tener tu presencia, que necesitaba que le dijeras que le seguías queriendo, que le besaras como lo hacías y que le sonrías como a el tanto le encantaba.
Miras de reojo, vuelves la mirada hacia el horizonte, y agachas la cabeza diciendo: 
Yo no tropiezo con la misma piedras dos veces.

Algo desolado y desanimado por decirlo así, te mira y te dice que le hagas el único favor, el ultimo que no te pedirá mas, y seguidamente le dice al odio:
Nadie te querrá como yo, créeme.Pero dedícame la ultima sonrisa, para poder dormir en paz.

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